Los mexicanos somos unos hijos de la chingada

Primero veamos qué es la chingada según Octavio Paz:
"la chingada es la madre abuerta, violada o burlada por la fuerza. El hijo de la chingada es el engendro de la ciolación, del rapto o de la burla".

No, no me refiero a nuestras madres literalmente. Sino a nuestros antepasados, los Mexicas, Aztecas, Texcaltecas, Totonacas, Zacatecos, Rarámuris, etcétera.

Esas personas que con tanta humildad y generosidad recibieron a los "descubridores", a esa gente que trajo la cruz al país, pero fueron las espadas y mosquetes los que dieron la entrada a la "evangelización" (más bien al perpetuo lugar tercermundista que ocupamos).

¿No fueron violadas, abiertas (de piernas) por la fuerza las pobres mujeres que con tanta alegría los recibieron, cuidaron y alimentaron?

Nos trajeron la corrupción, la mentira, la violencia, la religión, las vacas, los puercos y las ratas.

Fue bastante triste, pero ya no hay lugar para lamentaciones eso paso en 1521 (y hasta 1821) nadamás 300 años (¿nadamás?). Ahora dejaremos de ser un pueblo de "hijos de la chingada", como se discute mucho actualmente. El apoyo, el diálogo, la educación, la limpieza, el orden, la seguridad, la justicia. Todo depende del pueblo y también en gran parte a los gobernantes, pongan su granito de arena y ayuden a México.

México, una palabra siempre usada como motivación, para aumentar el autoestima. Vibran nuestros oídos al escuchar la gran palabra. México: nuestra historia, nuestro hogar, nuestra maldición.

México, Méjico, Mejico, Méshico, Meshico, Mēxihco....

Viva México.